Advierten universidades jesuitas de América Latina consecuencias catastróficas por crisis de la CIDH

*Llaman a Estados Parte de la OEA a crear mecanismo emergente de financiamiento. 

CIDH
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Ciudad de México, 08 de junio del 2016. La Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL) y el Sistema Universitario Jesuita Mexicano manifestaron ayer su «profunda preocupación» por la crisis financiera que vive la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y llamaron a los Estados Parte de la Organización de los Estados Americanos (OEA) a crear un mecanismo emergente de financiamiento.

Las universidades advirtieron que permitir el debilitamiento de la CIDH tendría consecuencias catastróficas, y destacaron el papel de la Comisión en la promoción y difusión de los derechos humanos desde su creación, en 1959.

«Como principal órgano de atención supranacional a las víctimas de violaciones de derechos humanos en la región, la CIDH ha reivindicado y protegido la dignidad de quienes no han encontrado verdad, justicia y reparación en sus países. A través de sus informes, audiencias y mecanismos especiales la CIDH ha señalado tanto los avances en materia de garantía y protección de derechos, como los obstáculos que aún se enfrentan para la plena vigencia de los mismos», resaltó la AUSJAL.

El mecanismo de financiamiento que lance la OEA debe garantizar el funcionamiento de la CIDH de manera permanente, finaliza el comunicado respaldado por universidades de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

El 23 de mayo de 2016, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos anunció que enfrenta una crisis financiera que podría obligarla a despedir a casi la mitad de su personal y a suspender las audiencias programadas para julio y octubre de este año. James Cavallaro, presidente de la CIDH, señaló en entrevista para Aristegui CNN que la crisis se explica por la falta de contribuciones por parte de los Estados. El presupuesto mínimo básico de la comisión en los últimos años ha sido de unos 10 millones de dólares; unos 5 millones 600 mil vienen de las contribuciones que los Estados hacen; la otra mitad, la comisión tiene que buscar contribuciones de diversas fuentes. Sin embargo, los países latinoamericanos y del Caribe le han dado a la CIDH, en el último año, tan sólo 200 mil dólares en contribuciones voluntarias, a la vez que los Estados europeos han reducido sus contribuciones por la crisis en Siria y de refugiados.

Diversos mecanismos y expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han lamentado la falta de apoyo a la CIDH, a la que consideran un organismo de avanzada y un socio estratégico en la defensa de los derechos humanos.