En el Estado de México la situación respecto de la violencia contra las mujeres es alarmante. Las cifras de feminicidos crecen año con año. La impunidad permanece y el gobierno no sólo no investiga a sus propios funcionarios, muchas veces responsables directos, sino que además simbólicamente da muestras de su abierta indiferencia y deseos de obstaculizar el movimiento de las mujeres al quitar las cruces rosas de Chimalhuacán.