*La violencia que viven en sus lugares de origen les alcanza en nuestro país y les arrebata de sus familias
Ciudad de México, 11 de mayo. Cerca de 50 mujeres han atravesado el triángulo norte en Centroamérica durante 10 años, para llegar a México y “reiniciar” año con año la búsqueda de sus hijos e hijas que han sido desaparecidas en territorio nacional.
La Casa del Migrante de Saltillo señala mediante un comunicado que la violencia que las familias viven en sus lugares de origen les alcanza en nuestro país y les arrebata de sus seres queridos, lo que significa una continuación transnacional de violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, fuera de estas 50 valientes mujeres, hay otras tantas que permanecen en la sombra de sus casas desde las cuales elevan oraciones en la espera de que sus hijos e hijas regresen a sus hogares.
En este contexto se conmemora en México el 10 de mayo, con un adeudo enorme de justicia y de acceso a derechos humanos de las mujeres mexicanas y de las mujeres extranjeras que transitan por el país o se establecen en México, puntualiza la organización.
Hasta el 2014, se estimaba, según la OIM, que en el mundo hay 214 millones de personas en contexto de movilidad humana, de estos 214 millones, un 49% son mujeres, es decir 104 millones 860 mil mujeres. Con esta cifra llenaríamos el Estadio Azteca 1,018 veces. En México, más allá de que sea un país de origen, tránsito, destino y retorno de personas migrantes; la proporción indica un 24% de la población que se interna en el país. Así tenemos que, hasta el 2014, fueron detenidas en centros de detención del Instituto Nacional de Migración, un total de 28 mil 693 mujeres, y entre ellas había 8 mil 228 niñas y adolescentes. Hasta septiembre de 2015, fueron detenidas entre niñas y adolescentes un total de 8 mil 717, cifra que rebasa por 489 las detenidas en el 2014; y la tendencia es siempre a la alta.
De este total de la población, la estadística sigue indicando que 6 de cada diez mujeres migrantes en México, son víctimas de algún tipo de abuso sexual; y un número considerable de ellas termina siendo víctimas de trata con fines de explotación sexual y laboral. Otro gran tema de madres que migran a México se encuentran las empleadas domésticas o empleadas del hogar, provenientes de Guatemala que se emplean los estados fronterizos, Chiapas principalmente, que son sometidas a jornadas laborales de 12 o más horas, con restricciones a su derecho al esparcimiento y a un día de descanso según marca la Ley del Trabajo en México.