Cerca de Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua, hay tres fosas llenas de restos humanos; huesos parcialmente calcinados que hoy son objeto de una cruda disputa entre el gobierno estatal y los organismos de derechos humanos y las familias con seres queridos a los que perdieron el rastro durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.
Desde el año pasado está pendiente el cumplimiento de un peritaje forense para la identificación de estos restos, ante la demanda de las familias, las cuales exigen que sea realizado por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). La administración de César Duarte Járquez pretende efectuar la identificación sin participación de peritos de ese equipo.
Cuauhtémoc y Ayotzinapa son dos casos emblemáticos de la desaparición forzada en México y para quitarse de encima los dos problemas, que ya tienen una dimensión internacional, recurren al mismo método: inventar una solución artificial
, asegura la abogada y teóloga, conocida como Lucha Castro. (La Jornada)