*El antropólogo dedicó el galardón del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) a las familias de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Ciudad de México, 25 de febrero. Con un reconocimiento expreso a su «compromiso sin fisuras con las víctimas» y a su actuación en el camino de las instituciones, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) otorgó ayer el Reconocimiento Nacional por la Igualdad y No Discriminación 2015 a Abel Barrera, director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña «Tlachinollan», de Guerrero.
El defensor de derechos humanos dedicó el premio a los familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, «quienes luchan porque veamos un México donde lo único que desaparezca sea la injusticia y la discriminación», y agradeció las enseñanzas de los pueblos me’phaa, na savi, nauas y ñomdaá de Guerrero.
Ricardo Raphael -a nombre de la asamblea consultiva de la Conapred, formada por ciudadanos independientes- hizo referencia al ambiente de desprestigio en contra del defensor de derechos humanos. Resaltó que es la primera vez que un organismo mexicano reconoce su trayectoria, pues ya ha recibido reconocimientos de organizaciones internacionales, y defendió que la trayectoria de Abel Barrera siempre ha sido transparente, intensa y pública. «Es un hombre que sabe dar la cara, ante la gente, los medios y las instituciones», sostuvo.
Después de enumerar luchas que «han representado el desafío de tener que trabajar por la esperanza en medio del horror; un horror que en los últimos años ha llegado a la barbarie»-los maltratos de la policía contra los na savi y los me’phaa, la tortura sexual del Ejército contra las me’phaa Inés Fernández y Valentina Rosendo, la imposición de megaproyectos a los pueblos como la presa La Parota y las minas, la ausencia de servicios de salud, la indolencia oficial hacia las víctimas de los huracanes y los crímenes contra los normalistas de Ayotzinapa-, el también antropólogo afirmó que el más sentido anhelo es de Tlachinollan es «contribuir incansablemente a que la ejemplar vida comunitaria de las personas, comunidades y pueblos indígenas de la Montaña pueda brillar con la luz que durante siglos ha sido atesorada en esos filos agrestes, a pesar de la persistente discriminación. A este sueño de los pueblos nos aferramos en estos tiempos oscuros».
Además del galardón del fundador de Tlachinollan, se entregó un reconocimiento en la categoría Institucional a la asociación México Negro, por su trabajo enfocado en visibilizar a la comunidad afromexicana; en la categoría Póstuma, la galardonada fue Esther Chávez Cano, defensoras de mujeres víctimas de feminicidio en Chihuahua, y en la categoría Internacional se entregó el premio a Emily Arnold por defensa de los migrantes y solicitantes de asilo.