Ildefonso o el costo de defender los bosques en México

*La lucha que hoy le está costando la libertad, ya le cobró la vida de su hijo Aldo. 
chrome_2016-02-22_17-28-10Ciudad de México, 22 de febrero de 2016. Ildefonso Zamora, defensor de los bosques hoy preso injustamente, encarna la voluntad de lucha de las y los defensores de la tierra en México, pero también los atentados contra la vida y la criminalización que cotidianamente enfrentan las comunidades indígenas y personas que son el bastión en defensa del territorio.

Ildefonso es un líder tlahuica de la comunidad de San Juan Atzingo, en el Estado de México, donde ha combatido la tala clandestina de los bosques desde hace casi veinte años. Desde su cargo como presidente de Bienes Comunales de su pueblo, Ildefonso emprendió una lucha pacífica contra los taladores clandestinos que están acabando con el Gran Bosque de Agua que recarga los acuíferos que abastecen a la Ciudad de México. Esta lucha, que hoy le está costando la libertad, ya le cobró una vida: el 15 de mayo de 2007, tras interponer Ildefonso una denuncia por tala ilegal, su familia fue emboscada. Su hijo Aldo murió y su otro hijo, Misael, quedó herido.

La defensa de los bosques de San Juan Atzingo ha estado apoyada por la organización Greenpeace desde el año 2004. Su lucha fue reconocida incluso por el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien, al igual que el entonces gobernador Enrique Peña Nieto, prometió encarcelar a los asesinos de Aldo. No sólo no se cumplió la promesa de justicia –sólo dos de los cuatro perpetradores fueron aprehendidos-, sino que Ildefonso fue encarcelado el año pasado bajo una acusación absurda. No por nada el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) ubica al Estado de México como el tercero en el país en los ataques a defensores del ambiente.

El 20 de noviembre de 2015, Ildefonso fue detenido por policías ministeriales y trasladado al penal de Tenancingo en un vehículo particular. Fue acusado de robo a casa-habitación y allanamiento de morada, y encarcelado al principio junto a los asesinos de su hijo Aldo.

La acusación contra Ildefonso se apoya en testimonios fabricados, un proceso irregular y absurdos como decir que cometió un robo a una casa cuando hay pruebas de que el líder comunitario se encontraba en otro lugar el día de los hechos.

Sumado al hecho de padecer una prisión injusta, el estado de salud de Idelfonso es un factor de riesgo, pues padece de diabetes y tiene una lesión en un dedo de la mano derecha a consecuencia de la misma enfermedad. Las autoridades carcelarias le han condicionado el acceso a sus medicamentos en un centro penitenciario donde de por sí las condiciones generales son malas.

Además de llamar a firmar una acción en línea para pedir su libertad, Greenpeace México y el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez expondremos este martes 23 de febrero el cúmulo de irregularidades con las que se pretende seguir castigando a Ildefonso con una prisión injusta y la propia familia dará testimonio de los ataques, pero también se exhibirá el trabajo de reforestación y defensa del territorio que tanto provoca el enojo de los taladores ilegales y quienes los protegen. La conferencia se podrá seguir en este enlace a partir de las 11 de la mañana.