*Las principales interrogantes del caso no se han resuelto, sostienen.
Ciudad de México, 16 de febrero de 2016. Después de la reinhumación, el pasado 12 de febrero, del normalista de Ayotzinapa Julio César Mondragón Fontes, toca defender las investigaciones que conduzcan a la verdad de lo que ocurrió el 26 de septiembre de 2014. «Estas investigaciones son realizadas primordialmente por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI)», señalaron la familia del estudiante y sus acompañantes.
Más de tres meses transcurrieron desde que el cuerpo del joven -que fue desollado y ejecutado en la noche del 26 al 27 de septiembre- fue exhumado en Tecomatlán, Estado de México, hasta que se le realizaron los estudios forenses requeridos por el GIEI. «No fueron tres meses de estudios, sino de trámites burocráticos y revictimización generada desde las instituciones en contra de la familia de Julio. Al sepultar por segunda ocasión su cuerpo termina una etapa en la lucha por memoria, verdad y justicia para Julio César Mondragón Fontes, aunque nada reparará su ausencia, ni la brutalidad con la que fue asesinado», detalló la familia, que no obstante recordó que «la búsqueda de los padres y madres de los normalistas continúa, derrotando al pesimismo, al miedo, al cansancio, a la coyuntura, a la tristeza y a la desesperanza».
La familia y el colectivo «El rostro de Julio» informaron que los resultados de los estudios realizados al cuerpo de Julio César Mondragón estarán listos en aproximadamente un mes, cuando el EAAF, la Procuraduría General de la República y la defensa de los policías imputados por el homicidio de Julio presentarán sus respectivas conclusiones. «Mientras tanto reiteramos las preguntas aún sin resolver sobre el caso: ¿Dónde está la ropa que vestía Julio el 26 de septiembre de 2014? ¿Quién y por qué subió a internet la foto de su cadáver en las primeras horas del 27 de septiembre? ¿Dónde está el ojo faltante de Julio? ¿Por qué no fue resguardado ni preservado debidamente el lugar donde se encontró el cuerpo de Julio? Y sobre todo, ¿quiénes lo asesinaron?», finalizaron.
El 9 de febrero, el EAAF informó de los resultados de sus estudios periciales en el basurero de Cocula, lugar en el que de acuerdo con la versión oficial del caso fueron asesinados y calcinados los 43 normalistas desaparecidos a manos de la policía de Iguala, guerrero. De acuerdo con los expertos, es imposible que en el lugar haya tenido lugar un fuego de las dimensiones necesarias para reducir a cenizas a los estudiantes desaparecidos.
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