*Es un logro de la lucha de sus familiares y acompañantes, aclaran.
Ciudad de México, 06 de noviembre de 2015. La exhumación y nueva necropsia del joven normalista Julio César Mondragón Fontes, torturado y ejecutado durante los hechos del 26 y 27 de septiembre en Iguala, Guerrero, es un logro de la familia en su búsqueda de justicia y no una iniciativa de instancias oficiales, aclaró el colectivo El Rostro de Julio.
La exhumación se realizó el pasado 04 de noviembre, tras más de un año de los hechos y con el desconocimiento de quiénes son sus victimarios y por qué hubo tanta saña contra él. Fue realizada por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), peritos auxiliares de la familia de Julio César Mondragón Fontes, por personal de la Procuraduría General de la República (PGR) y como observadores los integrantes del GIEI, pues «en ellos y ellas confiamos para la realización de esta diligencia», insistió la familia. De los 22 peritos, solamente 7 pertenecen al EAAF.
«De antemano anunciamos que no permitiremos que se entorpezca el trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense y que denunciaremos de inmediato cualquier obstáculo o mal manejo de la situación por parte del Estado mexicano. Al Estado le exigimos confidencialidad sobre los resultados de los peritajes. Una vez que nosotros los conozcamos tomaremos posición al respecto», advirtió la familia.
Los familiares y el colectivo recordaron que el cuerpo de Julio César fue encontrado por militares el 27 de septiembre de 2014, quienes dieron aviso al Ministerio Público en Iguala y estuvieron presentes durante la diligencia de levantamiento de cadáver. «La autopsia realizada en Iguala se hizo sin profesionalismo ni rigor alguno, concluye que el rostro de Julio fue arrancado por fauna del lugar. Las autoridades del Estado de Guerrero hicieron caso omiso de las claras señales de tortura que presentaba su cuerpo», recordó la familia, que denunció que toda la investigación llevada a cabo por la Procuraduría de Guerrero está llena de errores, omisiones y carencias, «lo cual sido documentado por el Grupo de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (GIEI)».
«Hemos sido los familiares de las víctimas y la sociedad que nos apoya quienes hemos empujado a las autoridades a actuar. Si algo se ha avanzado, no es gracias a las autoridades sino a la sociedad organizada y solidaria. En ese contexto es que se realiza hoy la exhumación del cuerpo de Julio», insistieron.
La familia detalló que la defensa legal ha estado llena de obstáculos y contratiempos, y fue hasta mayo de 2015 que la representación legal obtuvo, luego de varias trabas burocráticas, el expediente del caso. «Ahí se maneja la versión de que el rostro de Julio fue devorado por fauna del lugar. El 26 de febrero la PGR anunció con bombo y platillo la detención del supuesto homicida de Julio, un asesino solitario. Con ello pretendía dar carpetazo al asunto, dar la impresión ante la opinión pública de que el asunto estaba resuelto. Sin embargo, al presunto responsable lo exoneraron por ese cargo un mes después», recordaron.
El 27 de agosto 2015 se solicitó formalmente la exhumación de Julio César Mondragón Fontes, en una decisión «dolorosa y difícil, pero indispensable para conocer la verdad», aclaró la familia. Desde entonces, con ese objetivo, se han realizado decenas de diligencias en las ciudades de Iguala, Toluca, Tecomatlán y el Distrito Federal. «La justicia tampoco ha sido pronta ni expedita en este caso. El común denominador de todo este proceso legal ha sido la dilación, la indolencia e inacción de las y los operadores de justicia que tienen en sus manos el fragmentado expediente».
A mediados de septiembre se puso fecha a la exhumación: el 30 de septiembre, pero no fue así. «El 23 de septiembre las autoridades del Estado de México, entidad donde yacen los restos de Julio César, solicitaron postergar la exhumación debido a que la fragmentación de los expedientes del caso obliga a realizar diversas notificaciones que no se pueden cubrir en el tiempo requerido. Este cambio provocó, además de la revictimización de la familia, un costo económico para las y los expertos internacionales que ya habían comprado su boleto para viajar a México», lamentaron el colectivo y la familia. «Ya en el mes de octubre, la actual Procuradora anunció públicamente la fecha de la exhumación. No nos consultó si queríamos que esta fecha se difundiera. No nos consultó a pesar de que esto significa un momento muy doloroso».
La familia agradeció a todas las organizaciones, colectivos, periodistas, activistas y sociedad de todo el mundo que les han apoyado, y anunció que el mismo día de la exhumaciónse presentó la biografía del joven normalista.
«Queremos que la sociedad conozca a la persona que fue Julio, queremos limpiar su nombre de todas las calumnias que en su contra han lanzado últimamente. Lo decimos de nuevo: Julio no es el joven desollado. Es el estudiante normalista, el trabajador incansable, el esposo cariñoso, el padre comprometido, el hijo alegre, el sobrino fortachón, el amigo rebelde, el nieto brillante y el hermano cómplice. Invitamos a todas las personas solidarias a que nos acompañen el próximo 7 de noviembre a las 2 de la tarde en una marcha que partirá de la Plaza de las Tres Culturas hacia la Coordinación General de Servicios Periciales de la PGR», finalizaron.