El día de hoy tenemos alerta anaranjada porque persisten señales claras de que el gobierno federal no está dispuesto a impulsar y reconocer sus fallas en materia de derechos humanos. No es sólo la denuncia que hace la CMDPDH sobre el cumplimiento parcial de la sentencia del caso Radilla, sino la misma manera en que el Secretario de Gobernación desmintió que hubiese pedido disculpas a los padres de los jóvenes asesinados en Juárez, sino que “puntualizó” sus declaraciones. Si a esto agregamos la campaña mediática en torno al conflicto chiapaneco, no se parece haber muchas razones para estar optimistas.
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