Tepoztlán es considerado pueblo indígena porque conserva conocimientos ancestrales, que aplica en la vida cotidiana; como la medicina tradicional, gastronomía, organización comunitaria, ciclos agrícolas, fiestas patronales, entre otras. Constantemente se ha visto amenazado por megaproyectos de inversionistas nacionales y extranjeros que pretenden explotar sus recursos naturales y humanos. Generación tras generación el pueblo ha librado diversas batallas; como el teleférico en 1979, el periférico en 1986, un tren escénico 1990, el club de golf en 1994 y, a partir del 2011, la ampliación de una autopista privada.
Los habitantes consideran que estos megaproyectos son en realidad destrucción, explotación y empobrecimiento que las empresas y los gobiernos han presentado bajo la máscara de desarrollo y progreso. En cada lucha, la población va innovando nuevas formas de organización para hacer frente a los megaproyectos. En la resistencia contra la ampliación de la autopista, distintos sectores de la comunidad –como núcleos agrarios, amas de casa, maestros, niños y los jóvenes– representados por el Frente Juvenil en Defensa de Tepoztlán, han realizado murales ilustrativos, asambleas públicas, tareas de observación, rescate de la memoria histórica y enlaces con otros movimientos sociales que tienen las mismas problemáticas. (Subversiones)