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Ante agresiones, defensoras mesoamericanas de derechos humanos promueven el autocuidado

*Activistas presentaron libro con experiencias de violencia y autocuidado; documentaron 400 agresiones y 31 asesinatos en contra de mujeres defensoras o periodistas

Por Olivia Vázquez Herrera

 

Presentación del libro Travesías para pensar y actuar. Experiencias de autocuidado de defensoras de derechos humanos en Mesoamérica
Presentación del libro Travesías para pensar y actuar. Experiencias de autocuidado de defensoras de derechos humanos en Mesoamérica

México, DF, 5 de octubre. Ante la ineficacia del Estado para garantizar el derecho a defender los derechos humanos, integrantes de la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos presentaron el libro Travesías para pensar y actuar. Experiencias de autocuidado de defensoras de derechos humanos en Mesoamérica., con el fin de promover la construcción de mecanismos alternativos de protección integral con perspectiva de género.

La Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México (RNDDHM) documentó en los últimos cuatro años 400 agresiones y 31 asesinatos en contra de mujeres defensoras o periodistas. Por ello, y ante el riesgo latente por su labor, las integrantes de organizaciones civiles mexicanas, pero también de El Salvador, Guatemala y Honduras, generaron redes de defensoras, quienes compartieron sus experiencias como activistas y los esfuerzos realizados para “autocuidarse”.

En el libro, definen el autocuidado como “un proceso de concientización, reflexión y acción personal y colectiva” en el que las mujeres activistas y defensoras de derechos humanos “se piensan” sobre lo que les gusta o no y sobre “cuáles son los límites y alcances posibles de la defensa que realizamos en lo cotidiano y que permite que nuestro trabajo por los derechos humanos no ponga en riesgo nuestra integridad, nuestra salud y bienestar”, plantea el texto.

De acuerdo con Ana María Hernández, integrante de Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca “las redes nos salvan, no así los mecanismos del Estado”, ya que las defensoras y activistas contantemente son víctimas de amenazas de muerte tanto telefónicas como presenciales, ya sea a ellas, a sus familiares o a sus organizaciones así como insultos y hostigamiento con “carga de género”.

Por su parte, la activista chihuahuense Graciela Ramos de Mujeres por México advirtió que “atacar a las defensoras es atracar a las otras mujeres, porque somos mujeres que transgredimos los estereotipos de lo que una mujer debe hacer (…) Hay temor a la organización de mujeres conscientes y valientes (…) no queremos que nos asesinen y tampoco que se mueran las compañeras”, añadió, por ello la importancia de generar redes de defensoras y de promover el autocuidado.

Es por ello que las activistas denunciaron la falta de perspectiva de género en las políticas públicas que genera el Estado, las cuales, lamentaron, no son más que parte de “una política de simulación en la que reconocen los derechos humanos de las mujeres y por otro lado, los legisladores les restan importancia con tantas modificaciones constitucionales que hacen”,  lamentó Ana María Hernández, durante la presentación del libro.

De acuerdo con las activistas, el 60 por ciento de las mujeres que defienden derechos humanos lo hacen de manera voluntaria, es decir que no reciben ningún pago por ello; y aproximadamente la mitad de las defensoras tienen que realizar más actividades para obtener ingresos, por lo que terminan laborando jornadas de trabajo dobles e incluso triples, motivo por el que cerca del 83 por ciento de las defensoras presentan estrés, puntualizó Hernández.

Es importante mencionar que la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos está integrada por Jass, Asociadas por lo Justo; Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca; Asociación para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo (AWID); Unidad de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos en Guatemala (Udefegua); la Colectiva Feminista para el Desarrollo Local de El Salvador; el Fondo Centroamericano para las Mujeres; y las redes Nacionales de Defensoras de Derechos Humanos de El Salvador, México y Guatemala.