Información Sididh, La edición de hoy, Uncategorized — septiembre 9, 2014 at 9:00 am

July Baltazar, lucha por la libertad de Ángel Amílcar  

*Cuando Ángel salió de Honduras se comunicaba por teléfono; sin embargo, un día dejó de llamar 

Por Marisol Huerta y Olivia Vázquez

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July Alexandra Baltazar Martínez, muestra imagen de Amílcar | Foto: Alina Vallejo

México, DF, 8 de septiembre. Obtener justicia para Ángel Amílcar Colón Quevedo, migrante garífuna discriminado, torturado y actualmente detenido en Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) No. 4 noroeste en Tepic, Nayarit, se ha convertido en uno de los objetivos de July Alexandra Baltazar Martínez, quien de ser pareja y madre de sus hijos, se convirtió en una de las incansables defensoras en la lucha por la libertad de Amílcar.

Fue en 2009 cuando Ángel Amílcar decidió salir de Honduras rumbo a Estados Unidos. En entrevista para el Centro Prodh, July Alexandra mencionó: “él me dijo cuando se iba que no me preocupara, que iba a ser por el bien de la familia y por poco tiempo (…) pero ahora ya son cinco años” desde que Ángel Colón partió con la finalidad de ofrecer un mejor futuro a su familia y poder costear el tratamiento médico de su hijo mayor, Ángel Elvir (QEPD), diagnosticado con cáncer y quien falleció seis meses después de que su padre partiera.

Con falsas promesas de un coyote, Ángel fue recluido bajo amenazas en una casa de seguridad en Tijuana, en la que torturaban a otras personas y donde fue asegurado durante un operativo de las policías Federal Preventiva (PFP), Estatal Preventiva, Ministerial del Estado de Baja California y municipal.

Previo a su detención, Ángel se comunicaba esporádicamente con su familia, siempre preguntaba por todos y les decía que se cuidarán; sin embargo, un día dejó de llamar y July comenzó a cuestionar el por qué de esa ausencia, al mismo tiempo que comenzó a trabajar para generar ingresos para sus hijos.

July trataba de «hacerse a la idea» de que Ángel estaba de viaje, pero conforme trascurría el tiempo empezó a tener sentimientos encotrados. “Primero me enojé mucho porque ya no llamaba”, señaló, pero tras casi un año de no saber nada, se enteró de su paradero: “saber que estaba vivo fue una buena noticia, pero ¿recluido? Eso fue algo fuerte”, añadió. Ya en el Cefereso, a Colón Quevedo no se le permitía hablar por teléfono, por lo que estuvieron incomunicados de nueva cuenta por espacio de tres años.

Fue hasta que el Centro Prodh asumió su defensa que le permitieron hacer llamadas. Durante la presentación pública del caso, en julio pasado, July Alexandra exigió a las autoridades que dejaran en libertad a Ángel y le otorgaran la oportunidad de ver al hijo que le sobrevive, Alex, quien hace una semana asistió en compañía de su madre al penal para visitar a Amílcar Colón.

Es importante recordar que Ángel es defensor de derechos humanos, pues fue presidente de la Organización Fraternal Negra de Honduras (Ofraneh), misma que lucha por la sobrevivencia de la etnia garífuna, que lleva 200 años en el país y quienes se caracterizan por tener piel oscura y  el pelo  “colocho”, es decir, muy rizado, relató July Baltazar.

July contó al Centro Prodh que Amílcar Colón es un hombre dinámico, que se deja llevar y defiende sus ideales, comprometido con lo que realiza y desea hacer. Sin embargo, al salir de la Ofraneh, ya no tuvo suficientes recursos para sostener a la familia, a pesar de realizar algunos trabajos puntuales;  por ello, y por la enfermedad de Ángel, fue que tomó la decisión de viajar a México, con el deseo de llegar a Estados Unidos.