Información Sididh, La edición de hoy, Uncategorized — junio 27, 2014 at 8:50 am

Tortura e impunidad, catástrofe para luchadores sociales, pueblos indígenas y personas pobres

*CCTI celebra su 10° aniversario con foro; OSC y sobrevivientes de tortura exigen al Estado investigación, castigo y reparación

Por Olivia Vázquez Herrera

 

Foro Tras una década de lucha contra Tortura y la Impunidad. Seguimos. | Foto: Olivia Vázquez H.
Foro Tras una década de lucha contra Tortura y la Impunidad. Seguimos. | Foto: Olivia Vázquez H.

México, DF, 26 de junio. La tortura y la impunidad son una catástrofe para las y los luchadores sociales, los pueblos indígenas y las personas pobres, a quienes “los gobiernos han bautizado con el nombre de ‘población vulnerable’, porque la vulnera y lastima”.

Dichos sectores son sometidos a la tortura tanto selectiva como masiva, “y con ello al terrorismo de Estado”, denunció Javier Enríquez Sam, director del Colectivo Contra la Tortura y la Impunidad (CCTI), durante el Foro Tras una década de lucha contra Tortura y la Impunidad. Seguimos.

Las y los ponentes de las diversas mesas, coincidieron en que la tortura se da principalmente en dos escenarios: Por un lado, se aplica en contra de activistas defensores y líderes sociales con el fin de reprimir y criminalizar la protesta social; pero también es una práctica que se emplea contra personas detenidas (generalmente de manera arbitraria) para “fabricar culpables” y encubrir a las y los responsables de delitos

En este sentido, el periodista Carlos Fazio señaló que la tortura es “un acto político del Estado para legitimarse, imponer su ley y lograr ciertas conductas” y que recurre a ella para, más que obtener información, “para intimidar, adoctrinar, infundir el terror, controlar y destruir al ser humano, al ser político, al opositor…”, precisó.

Activistas, sociedad civil, familiares y víctimas sobrevivientes de tortura advirtieron que la “estrategia de seguridad” del anterior y del actual sexenio, lejos de disminuir esta práctica, la ha aumentado; y junto con ella, han crecido el número de militares en las calles, las violaciones a derechos humanos y las leyes que en vez de castigar, protegen a los perpetradores.

Trinidad Ortiz, del Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) de San Salvador Atenco, recordó a Enrique Peña Nieto que tiene una deuda no sólo con su pueblo en el Estado de México, sino con todo el país, pues se siguen cometiendo injusticias. Como sobreviviente de tortura, añadió que la justicia no llegará sino hasta que se genere una conciencia colectiva en la ciudadanía y las autoridades paguen por sus actos.

Por ello, las y los expositores instaron al Estado mexicano a legislar de acuerdo con los estándares internaciones que ha ratificado y a tipificar el delito de tortura a nivel nacional, pues, a tres años de la reforma constitucional en materia de derechos humanos, no existe una armonización legislativa en el país que garantice los derechos de las personas detenidas y que les dé herramientas para impugnar de inmediato la legalidad de su detención.

Durante las mesas, participaron representantes de organizaciones como el CCTI, Servicios y Asesoría para la Paz (Serapaz), el Centro de Derechos Humanos Paso del Norte, Asistencia Legal por los Derechos Humanos (Asilegal), la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH) entre otros.

Reconstrucción tras la tortura

El foro, realizado en el contexto del Día Internacional de las Naciones Unidas en Apoyo a las Víctimas de la Tortura, el 27 aniversario de la entrada en vigor de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Inhumanos o Degradantes y el décimo aniversario del CCTI, reunió testimonios de hombres y mujeres que han sido víctimas de este práctica sistemática y generalizada del Estado.

Italia Méndez, sobreviviente y denunciante de tortura sexual en los operativos de San Salvador Atenco en 2006, relató que después de ser torturada y encarcelada “evitas hablar de ello, porque el Estado también ataca tus emociones. Quedas vacía y totalmente desarticulada”, por lo que es necesario recibir atención integral, y no sólo jurídica, agregó.

Para las mujeres de Atenco, es importante construir la memoria colectiva y trabajar en su reconstrucción como personas, por ello, su compañera Norma Jiménez realizó una serie de tres pinturas que representan “los ejes rectores de la tortura sexual”: El estigma, el miedo y la vergüenza, las cuáles fueron presentadas por Italia Méndez —a nombre de Norma—  durante el foro, realizado en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), Plantel Del Valle.

Jacobo Silva y Sergio Naranjo, artistas plásticos, pero también sobrevivientes de tortura precisaron que en sus obras canalizan la rabia que les causa el saberse víctimas de un delito por parte del Estado, y hacen frente a la impunidad en que se encuentran sus casos y los de más personas que han vivido la tortura.

Naranjo advirtió que “detrás (de la tortura) hay trabajo y preparación para invadir un territorio: el cuerpo humano (…) Pretenden controlar, destruir y minimizar a las personas. La impunidad genera que cualquiera crea que pueden alterar, golpear, violar, destruir al otro…”, concluyó.