El 7 de agosto de 2012, soldados de la infantería de Marina irrumpieron en la casa de Claudia Medina en la ciudad de Veracruz, México. Le ataron las manos y le vendaron los ojos antes de meterla en una camioneta y llevarla a la base naval local. La acusaron de pertenecer a una banda criminal, acusación que ella negó. A Claudia le aplicaron descargas eléctricas, la agredieron sexualmente y le propinaron golpes y patadas.