Mujeres denuncian dificultades para ser refugiadas en México

*Ellas vienen tratando de salvar su vida, sin embargo, ahora les piden pruebas sobre la violencia

Por Olivia Vázquez Herrera

 

Foro Mujeres migrantes y refugiadas en el DF | Foto: Belem Arévalo |Sin Fronteras.

México, D.F.- En el contexto de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, organizaciones defensoras de derechos de migrantes y personas refugiadas realizaron el foro «Mujeres migrantes y refugiadas en la Ciudad de México: Testimonios de vida», en las instalaciones de Casa de los Amigos, donde se expusieron las dificultades a las que se enfrentan las mujeres cuando migran y solicitan el “reconocimiento como persona refugiada” a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR).

En este sentido, José Luis Loera, responsable de Casa Espacio Refugiados, explicó la diferencia entre un migrante o una persona refugiada: Las y los primeros enfrentan situaciones económicas adversas y por ello se ven obligados a migrar, al contrario de las y los refugiados que salen de su país porque sus vidas están en peligro. Insistió en defender el derecho humano al refugio, ya que “en el mundo se están cerrando las fronteras a las personas, más a las refugiadas” pues los Estados les están negando sus derechos básicos.

Gabriela Hernández, coordinadora del albergue Casa Tochan, declaró en entrevista que, pese a que las y los extranjeros que vienen tratando de salvar su vida saben que el solicitar refugio es una opción, sobre todo si las autoridades mexicanas saben que las personas corren peligro en su país, “sin embargo ahora la exigencia es bastante, quieren pruebas”, por lo que resulta ilógico que una persona que sale de su país tratando de salvar su vida, se tome el tiempo para llevar “dichas pruebas”.

Asimismo agregó que “el Estado mexicano está cumpliendo con su tarea de salvaguardar los intereses norteamericanos, de ahí el endurecer tanto el  procedimiento para regularizarse como el procedimiento para buscar refugio”, pues la burocratización por la que pasa la solicitud, muchas veces es lo que impide que se concrete el reconocimiento como persona refugiada.

Además, señaló Hernádez que la situación se torna más difícil cuando las migrantes centroamericanas —principalmente hondureñas— se suben al tren conocido como “La Bestia”, pues “de tal suerte que se suben 100 mujeres y al centro del país o a la frontera, no llega ni la mitad. Y eso preocupa a las organizaciones que trabajamos con la migración, porque en algún lado se quedan, por desgracia se quedan casi siempre en la trata de personas (…) Las mujeres están corriendo doble peligro”.

Finalmente, Gabriela Hernández exigió al gobierno mexicano “que cumpla con la responsabilidad de acoger a personas que vienen solicitando refugio” pues nuestro país “se supone que es tradicionalmente conocido por dar bienvenida a las personas que están pasando por graves experiencias”, concluyó.

¿A qué se enfrentan las mujeres al migrar y pedir refugio?

Ledia de Ramírez, de Honduras, declaró que llegó junto con su hijo, de apenas siete meses, para reunirse aquí con su esposo. Pese a contar con su documentación y la de su hijo en regla, tuvo problemas en Guatemala y El Salvador, primero con retenes que revisaban el equipaje y posteriormente con autoridades que se negaban a sellar los pasaportes y que interrogaban a las y los pasajeros que viajaban en los autobuses.

En México, la búsqueda de trabajo para Leida ha sido difícil, ya que, en los siete meses que lleva en nuestro país, no ha podido encontrar empleo. Además, comentó que fue muy difícil también acceder a los servicios de salud en Ecatepec (lugar donde vivía), principalmente por la negativa a vacunar a su hijo, ya que le exigían documentos mexicanos con los que aún no contaba.

Por su parte, Elra Salamanca, venezolana refugiada en nuestro país, narró que el proceso para obtener sus documentos y los de su hija en México fue complicado, pues cuando acudió con las autoridades para solicitar apoyo éstas le respondieron que el asilo sólo se otorga “a los políticos y personas importantes, que a los demás, se les da refugio…”.

Asimismo, añadió que la discriminación por ser extranjeras las ha afectado tanto a ella como a su hija, en primer lugar, para conseguir empleo y en segundo, porque la niña ha sido discriminada en las escuelas a las que ha asistido. En este sentido, Elra hizo un llamado para que el trato hacia las y los migrantes cambie, pues no concibe cómo es que “la sociedad mexicana, que por naturaleza son migrantes (…) sean tan cerrados con los extranjeros”.