El día de hoy tenemos alerta anaranjada porque la decisión del gobierno federal de abrir un nuevo frente contra un actor social como el Sindicato Mexicano de Electricistas, es al menos cuestionable, especialmente por los argumentos tan pobres que se han vertido y las numerosas incongruencias en el discurso de los distintos actores gubernamentales. Por otra parte al darse los hechos durante el compás de espera de una respuesta que el mismo Calderón había comprometido con el SME tras su encuentro en Los Pinos el jueves anterior, parece ir contra de su de por sí escasa interlocución social.
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