Información Sididh, La edición de hoy, Notas DH, slider, Uncategorized — octubre 10, 2013 at 10:00 am

Reprimir es un delito, expresarse una libertad

*Pronunciamiento

Organizaciones, académic@s y ciudadanía nacional e internacional rechazan la represión de la manifestación social, en el contexto de las agresiones a defensores de derechos humanos y periodistas durante la conmemoración del 68.

Misión del observación del Centro Prodh

México, DF.- El día 2 de octubre de 2013, ante la posibilidad de que ocurrieran violaciones a los derechos humanos de personas en ejercicio de su derecho a la protesta y a la manifestación, particularmente a partir de los antecedentes de recientes manifestaciones en la Ciudad de México, un sector amplio de la sociedad civil compuesto por activistas y personas defensoras de derechos humanos, así como por periodistas profesionales y ciudadanos, se articularon en formas legales y legítimas para observar el desarrollo de la marcha por el 45 aniversario de la conmemoración de la matanza de Tlatelolco.

Lamentablemente, el desarrollo de la marcha confirmó los antecedentes y hechos objetivos existentes. Los cuerpos policiacos actuaron de manera ineficaz y desorganizada para procurar la seguridad de los asistentes a la marcha, evidenciando falta de profesionalismo y ausencia de protocolos para el uso de la fuerza, generando condiciones para violaciones a derechos humanos a las personas asistentes, incluyendo a las y los observadores de derechos humanos del Centro Prodh y la LIMEDH, entre otros, así como periodistas que buscaban registrar los hechos.

La observación y la documentación de violaciones a los derechos humanos es el ejercicio de un derecho. Las personas que realizaron observación pudieron constatar una importante cantidad de detenciones arbitrarias, así como agresiones dirigidas de manera selectiva y violenta hacia aquellas personas que pretendían documentar las violaciones, de manera particular a periodistas y defensores.

Siendo el objetivo de las organizaciones de derechos humanos buscar la plena vigencia de estos, nos corresponde exigir su debido cumplimiento o denunciar sus violaciones, especialmente ante el testimonio cotidiano de una realidad en donde las personas y sus derechos pierden cada vez más recursos e importancia en favor de grupos de interés cercanos al Estado.

La iniciativa de distintos grupos de participar como observadores surgió del seguimiento atento a la forma en que el Estado ha respondido ante las expresiones de protesta civil. La reacción oficial ha estado caracterizada por un autoritarismo que ha mantenido una tendencia creciente en los meses anteriores. En distintas marchas y acciones de protesta se había podido constatar que la respuesta del Estado ante expresiones fundamentalmente pacíficas ha sido el abuso de autoridad y la comisión de violaciones a derechos humanos.

La protesta civil es un mecanismo legítimo de reivindicación de derechos y ante ella el Estado está obligado a escuchar y buscar vías de solución a las demandas  para conducir a la resolución de los conflictos. Ante los hechos del 2 de octubre de 2013, las personas y organizaciones que emitimos este pronunciamiento rechazamos totalmente la violencia del Estado en contra de las y los ciudadanos.

De la misma manera exigimos la investigación y la sanción a los agentes responsables de estas violaciones, incluyendo a toda la cadena de mando, y la adopción inmediata de medidas de no repetición.

También llamamos a la sociedad a no desviar la atención de las demandas centrales de esta conmemoración: la reivindicación de la memoria y la exigencia de justicia por los crímenes de Estado caracterizados por la impunidad absoluta. Igual que en 1968, hoy nuestras libertades están en peligro. No es guardando silencio y encerrándonos en nuestras casas como vamos a fortalecerlas, sino a través de su ejercicio pleno y responsable.

Decimos un contundente YA BASTA a la represión del Estado que impide el ejercicio pleno de las libertades, YA BASTA a la criminalización de la protesta, YA BASTA al clima de hostigamiento en contra de defensoras,  defensores y periodistas. Reprimir es un delito, expresarse una libertad.