Información Sididh, La edición de hoy, Notas DH, slider, Uncategorized — septiembre 30, 2013 at 9:45 am

La sociedad civil organizada: un encuentro y muchos retos

*Crónica

Por Víctor H. Carlos/Centro Prodh

Rumbo a los 25 años del Centro Prodh

México DF.- Personas defensoras de derechos humanos, de organizaciones civiles, movimientos sociales y colectivos se reunieron el pasado viernes 20 de septiembre en el Centro Prodh. El pretexto, el 25 aniversario de este Centro; el motivo, reflexionar sobre los avances, retrocesos y aprendizajes en la labor de promover y defender los derechos humanos en los años recientes.

El auditorio, espacio de tantos encuentros, empezó a llenarse de vida con el ir y venir del equipo, mesas acá, sillas allá, presentadores, sonido, materiales. ¡Las hojas de registro! ¿Y dónde está el café? ¿Y yo qué hago? ¿Qué falta? Finalmente, pasadas las cinco de la tarde el auditorio estaba listo, vestido para el encuentro, el traje no era de gala, era informal, así como nos gusta.

Las y los invitados empezaron a llegar con esa curiosidad, impaciencia y expectativa que tantas veces nos caracteriza, poco a poco fueron tomando sus lugares.

No faltó, tampoco sobró, quien a la hora del registro hiciera gestos al preguntarle su nombre, habría que saber de antemano quién era; signo de algunas cosas, también de un proceso transgeneracional.

Quienes se conocían se empezaron a acercar, a reencontrar. Ahí estaban reunidos rostros de tantos lugares, de tantas luchas, en ningún otro momento se había presentado la oportunidad de verles juntos. No alcanzaba el tiempo para saludar, preguntar, recordar cuando ya llegaba alguien más con quien reencontrarse.

Empezaron las ponencias, Santiago hablaba, luego Gloria, José Rosario. Al principio había dispersión, poco a poco nos permitimos escuchar, escucharnos, escucharles.

Sólo era el inicio, el detonante para ir a las mesas de trabajo a dialogar, a compartir experiencias, a intentar dar algún tipo de secuencia lógica a nuestras vivencias en esta labor apasionante de todos los días, de cada momento.

Las mesas de trabajo se formaron en relación a tres temas: sistema de justicia y derechos humanos, movimientos sociales y tierra y territorio.

En la plenaria se compartieron varias cosas importantes, me limito, en razón del espacio, en señalar algunos retos coincidentes en las mesas como: el sistema, en todos los sentidos, el patriarcal, el económico, el político, el jurídico; el de vincularnos, articularnos y maternos unidos como sociedad civil, formar alianzas y mantenerlas frente a las distintas coyunturas; acercarnos a la sociedad en general, construir empatías, incluirlos en las múltiples luchas, construir unidad entre las organizaciones y la sociedad; la creatividad para encontrar nuevas formas de lograr nuestros propósitos y la criminalización de la protesta social y el aumento, ya previsto, de la represión.

La plenaria no podía terminar mejor, finalizó con un mensaje de aliento, agradecimiento y esperanza que nos tomó por sorpresa. La lectura de una carta de Israel Arzate, joven juarense en arraigo domiciliario acusado injustamente de un delito que no cometió, víctima de tortura.

Las palabras estaban dirigidas al equipo del Centro Prodh, pero extensivas a todas las personas defensoras de derechos humanos: “Para todos los compitas del Prodh (…) gracias por su tiempo, su entrega, sus consejos, su ayuda, el ánimo que me transmiten y me llena de fortaleza para seguir luchando contra la injusticia y que salga a la luz la verdad… Muchas muchas gracias por ayudarme a obtener y luchar por lo más valioso que una persona puede tener que es la libertad y que se hagan valer mis derechos”.

Aún faltaba la inauguración del mural del Centro Prodh; espacio visual de imágenes y símbolos representativos del caminar por la justicia, la verdad y la libertad, fue renovado y presentado por Víctor “el Copia”. Magda Gómez y José Rosario cortaron el listón bajo la lluvia.

Todo concluyó con la cena y las charlas, los recuerdos y los nuevos retos, y la noche se prolongó hasta que el último invitado se fue, no sin antes sellar con un abrazo por gusto de sabernos acompañados y acompañadas en la utopía, motor de principal de nuestros días.