Turquía: El derecho de vivir en paz

INTERNACIONAL

Represión en Turquía/Foto: Sumandef Hakkinda

Decenas de miles de personas salieron – desde el 28 de mayo- a las calles de las cuatro principales ciudades de Turquía, y resistieron las embestidas de la policía para mantener las protestas contra la destrucción de un parque público en el centro de Estambul y para rechazar el estilo autoritario del jefe del poder Ejecutivo, Recep Tayyip Erdogan.

Ante ello, Sumandef Hakkinda, ciudadana de aquel país narró los hechos que se han vivido en los últimos cinco días, la información fue publicada en Desinformémonos.

Sumandef, señaló, tengo que escribir esto personalmente porque la mayoría de los medios de comunicación están silenciados por el gobierno, el boca a boca y el Internet son las únicas formas que nos dejaron para explicarnos y para pedir ayuda y apoyo.

Hace cuatro días -escribió el 1 de junio- un grupo de personas que no pertenecen a ninguna organización en específico o a una ideología se juntaron en el parque Gezi de Estambul. Su motivación era simple: denunciar y protestar por la próxima demolición del parque para construir otro centro comercial en pleno centro de la ciudad. Hay muchos centros comerciales en Estambul, ¡por lo menos uno en cada vecindario! Se supone que el derribarían los árboles el jueves por la mañana. La gente fue al parque con sus cobijas, libros e hijos. Instalaron sus tiendas de campaña y pasaron la noche bajo los árboles. Temprano por la mañana, cuando los bulldozers comenzaron a arrancar a los centenarios árboles, se pararon frente a ellos para frenar la operación.

No hicieron otra cosa más que pararse enfrente de las máquinas.

No hubo periódicos ni canales de televisión para reportear la protesta. Hubo un completo silencio de los medios, pero la policía llegó con tanques para disparar agua y espray pimienta. Expulsaron a la multitud del parque.

Para la tarde, el número de manifestantes se multiplicó. También lo hizo el número de policías alrededor del parque. Mientras tanto, el gobierno local de Estambul cerró los caminos que llevan a la plaza Taksim, donde está el parque Gezi. El metro fue cerrado, los trenes se cancelaron y los caminos fueron bloqueados. Aun así, mucha gente más llegó al centro de la ciudad caminando.

Vinieron de todo Estambul. Vinieron de todos los sustratos, de diferentes ideologías, de diversas religiones. Todos juntos para detener la demolición de algo más grande que el parque:

El derecho a vivir como ciudadanos honorables en este país.

Se juntaron y marcharon. La policía los confrontó con gas pimienta y gases lacrimógenos, y dirigió los tanques contra la gente que, a cambio, les ofrecía comida. Dos jóvenes fueron atropellados por los tanques y murieron.

Las  jornadas de manifestaciones arrojaron ya un saldo de mil heridos y mil 700 detenidos por la policía, aunque casi todos liberados horas después, publicó La Jornada.