Por Pilar Arrese /Centro Prodh
En los próximos días se discutirá en el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el caso de una lucha histórica por la tierra y el territorio del pueblo indígena Ch´ol de Tila, que se encuentra en la zona norte del estado de Chiapas.
Por más de 40 años, varias generaciones han luchado para recuperar las tierras que el ayuntamiento municipal de manera ilegal y arbitraria les quitó. Estas tierras pertenecen al ejido de Tila que conformaron hace décadasy donde han vivido desde tiempos inmemorables.
La tierra para las y los Ch´oles son el elemento fundamental para la preservación de su cultura, además de ser el sustento de sus vidas. Por eso, quieren asegurar el futuro de su pueblo y las próximas generaciones, que luchan por recuperar el territorio invadido por el gobierno municipal.
Durante esta historia de lucha, han obtenido dos amparos que reconocen jurídicamente la pertenencia a la tierra y la inconstitucionalidad de las acciones del ayuntamiento municipal. Sin embargo, no han existido mecanismos eficaces para garantizar el respeto al derecho sobre esas tierras y por tanto, la devolución.
Estamos frente a una sentencia que por falta de voluntad por parte de las autoridades municipales y estatales, no ha sido ejecutada. Esto ha llevado a presentar el caso a la SCJN, última instancia por la cual se puede exigir el cumplimiento de la sentencia.
Es por esto, que el máximo tribunal ahora tiene la oportunidad histórica de sentar precedentes sobre el derecho que tienen los pueblos indígenas a las tierras y territorios ancestrales.Es necesario resaltar la obligación de este organismo de garantizar los derechos colectivos de los pueblos indígenas presentes en el artículo 2 de la Constitución, ya que hasta ahora, no han existido casos similares donde se reconozcan y respeten.
El ejido está luchando por hacer visible décadas de injusticia, por ello, exigen que les regresen las tierras despojadas, así como el reconocimiento y la restitución legitima de su tierra: “No tenemos alternativa más que organizarnos para unir nuestra voz, luchar por nuestras tierras, por nuestros derechos humanos, por nuestros hijos y nietos”.