En Chile el movimiento estudiantil continúa su emblemática resistencia contra uno de los Estados que mayor impulso ha dado a las privatizaciones y las reformas estructurales. La manifestación que exigía un profundo cambio en el sistema educacional, no había sido autorizada por los funcionarios públicos correspondientes, por lo que agentes de fuerzas especiales de la policía intentaron disolverla lanzando gas lacrimógeno y chorros de agua contra más de 10 mil manifestantes.
Se trata de la quinta manifestación de este tipo en el año en Chile. Ante la negativa de las autoridades a permitir su tránsito por la avenida Alameda (la principal de la capital chilena), los jóvenes se refugiaron en el parque Italia, en donde se dieron enfrentamientos con la policía que derivaron en 75 estudiantes detenidos, 49 agentes heridos, y tres autobuses incendiados.