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El Movimiento estudiantil de 1968 fue un momento decisivo en nuestro tránsito histórico. Clausura de una posibilidad de diálogo, inauguro en cierto sentido una de las etapas más cruentas que ha vivido nuestro país, especialmente porque durante ella el Estado empleó mecanismos ilegítimos para eliminar a personas que si en muchos casos habían decidido pasar a la clandestinidad, reivindicaban causas sociales y políticas. La reacción del Estado no hizo más que incrementar el nivel de un conflicto desigual e injusto. Hoy, a cuarenta años de aquel día tan triste, vivimos otra guerra que no hemos declarado ¿Hasta cuándo?
547 averiguaciones sobre crímenes de lesa
humanidad esperan respuesta
• Desde el cierre de la FEMOSPP permanecen en la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delitos Federales.
En la conmemoración del 40 aniversario de la matanza de Tlatelolco, permanecen en reserva de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en delitos Federales 547 averiguaciones previas relacionadas con crímenes de lesa humanidad cometidos en el pasado por servidores públicos o con la anuencia de ellos. También permanece en suspenso el proceso contra Luis Echeverría Álvarez quien permanece en arraigo domiciliario en espera a que se resuelva un amparo provisional.
El diario Milenio cita a la PGR para ejemplificar el escaso avance que presentan, a cuatro décadas, las investigaciones relacionadas. “En observancia al acuerdo A/317/2006 del Procurador General de la República, se recibió, radico y actualmente tiene en integración cuatro averiguaciones previas relacionadas con los movimientos estudiantiles, de las décadas de los sesentas y setentas”. Más allá de los formalismos resulta claro que nadie ha sido castigado por esos hechos.
En este contexto, el movimiento social permanece entre la diversidad y la atomización que se ejemplifican en las distintas marchas que se realizarán hoy (al reverso encontrarán la agenda) que culminarán con un acto que se pretende único en el zócalo capitalino al atardecer.
A la espera de esa matanza de los inocentes
José Revueltas (Fragmento)
La gran desgracia, el cataclismo que iba a sobrevenir tarde o temprano, acaso ya muy pronto, le impedía pasar de ahí la horrible necesidad de mantener a la espera de esa matanza de los inocentes. Las palabras precisaban, con su mediación, la irrealidad de los hombres y las mujeres del jardín, de los niños, de la niña a la mitad del jardín entre los alaridos de la memoria de las estatuas.
La vida era el caos, el dolor, el desorden y los alaridos con que se expresaba esa memoria de las estatuas derribadas. Todos éramos algún fragmento de la memoria de nuestra estatua, dispersa: un torso, un vientre, un hombre, una espalda, un pie, cuya unidad con la estatua sólo nos era dable recobrar en el recuerdo, esa forma de la vida que ya es el ahora y aquí de nuestra muerte, el estar muertos desde luego, en cuanto se nos nombra o nos nombramos. Soy Ezequiel, soy un momento de Ezequiel, la forma en que me recuerda ese Ezequiel muerto hace unos miles de años, y la forma en que, tan muerto como Ezequiel, soy un recuerdo vivo en el presente. Sólo vive lo que muere, y en la medida y al tiempo en que se muere. No se puede llamar a nada ni a nadie por su nombre si no lo tocamos y sufrimos.
Homenaje de Fernanda, la Navarro.
Inédito publicado por la Jornada el viernes 2 de octubre de 1998
Además:
- Agenda de movilizaciones
- Para acercarse al 68
- Voces de la conmemoración