ni los fiscales ni el Ministerio Público deberían jugar al juego de la politiquería porque hacen de la justicia mexicana una realidad secuestrada permanentemente por el capricho de los poderosos.

Estamos frente a la punta del iceberg de las violaciones masivas y sistemáticas de los derechos humanos por parte de los cuerpos de seguridad en el Estado mexicano

Tal vez, señor rector, lo que debería hacer la UNAM es utilizar su fuerza para luchar por la legalización de la mariguana recreativa y elaborar una verdadera estrategia que combata la violencia en el país.

La viabilidad de la democracia mexicana pasa por la reconfiguración de sus instituciones de representación, justicia, seguridad y gobernanza. Ese proceso ocurrirá sólo de la mano de un proceso paralelo de memoria y paz, que nos obligue a enfrentar nuestro pasado reciente y abra el paso a mecanismos de rendición de cuentas políticos y criminales.

La corrupción se ha vuelto compleja tanto que no se trata del beneficio personal de un político, sino el desvío de millones a campañas para asegurar que no uno, sino todos los del clan aseguren su permanencia en el poder.

Esperamos hoy que el Gobierno de Peña Nieto haga una proclamación para presumir este gran «logro» y decirse reivindicado por su comentario post escándalo de la Casa Blanca-Malinalco-Grupo Higa, de que la corrupción en México «es cultural».