Desde días pasados, estudiantes de diversos lugares del país han sido descritos con una serie de adjetivos que, desde mi parecer, pondría en duda. Los encabezados de algunos diarios, tanto locales como nacionales, así como medios de comunicación electrónica, se han leído y oído de esta forma: “Estudiantes realizan bloqueo en Michoacán”, “estudiantes secuestran autobuses”, “grupos de acarreados”, “estudiantes apolíticos”.

La agenda política del país se plantea en los días recientes con una peligrosa tendencia a la polarización. Ayer mismo en este espacio se relataban los eventos recientes a través de los cuales se ha generado una creciente demonización de la juventud, especialmente de aquella que se manifiesta crítica ante la clase política.

El día de ayer, en Córdoba, Veracruz, varios estudiantes se manifestaron contra la visita del candidato del PRI, Enrique Peña Nieto. Sin embargo, fueron víctimas de criminalización por su protesta, agredidos y detenidos arbitrariamente. Este tipo de actos parece, entonces, volverse una constante.

Bastaría una sola voz para que tuviera validez la protesta. Una voz que dijera: «el rey va desnudo». Si es verdad, entonces el que lo digan uno, diez o cien no lo hace más ni menos verdadero. Pero los reyes deben contar entre los más enfermos de paranoia. Es un mundo entero el que les pueden robar, una corona que cualquiera querría, una parafernalia de miles, millones de espots…

“No somos infiltrados, somos alumnos de la universidad. Ese día (el viernes pasado) llegamos con alrededor de 50 compañeros y empezamos a expresarnos. Cuando nos dimos cuenta ya eran más de 300 personas que se unían a nuestra protesta, nos pedían máscaras de Salinas. Ahí mismo, en cartulinas, hicieron sus carteles. Lo que sí puedo decir es que la gente que apoyaba a Peña no era de la Ibero».

Tolvanera / Salidas para salir / Roberto Zamarripa, en Reforma. El viernes 11, Peña Nieto se presentó en la Ibero de la Ciudad de México, con la convicción de que sería un acto más de una campaña que tiene menos adeptos que Pequeños Gigantes-. No se imaginó que los estudiantes tendrían un papel protagonista y crítico. Los estudiantes le recordaron lo sucedido en Atenco y Peña se atrevió a decir que había sido «una acción determinada personalmente» e, incluso, citó a la máxima autoridad judicial. Sin embargo, los estudiantes repudiaron su propuesta y su mentira porque la SCJN lo que dijo fue algo bien distinto.