Todos estos acontecimientos me hicieron inevitable recordar que la faltan de reconocimiento de las múltiples violaciones graves a derechos humanos en México han permitido que estas vuelvan a suceder una y otra vez. La clase política de nuestro país no ha sido capaz de rendir cuentas sobre casos como Tlatelolco, Guerra Sucia, Halconazo, Aguas Blancas, Campo Algodonero, Atenco, Acteal, San Fernando, Cadereyta, Tlatlaya, Ayotzinapa, Apatzingan, Tanhuato, etc. Aunque parezca irracional, esta clase política que -aparentemente está conformada por ciudadanas y ciudadanos- ha optado por la violencia y no por la paz. Entonces no somos diferentes.
Hoy por hoy la sociedad carece de información suficiente sobre las víctimas, quiénes eran, por qué es importante recordarlas; lo que pasó y aquellos que permitieron que sucediera o que participaron en los hechos; sobre los procesos de acceso a la justicia; sobre los responsables y las sanciones a las que han sido sometidos. La verdad se ha fragmentado. Requerimos una construcción social de la verdad para exigir justicia, reparación, no repetición y reconciliación.
Hoy a las 10:00 am, en el Centro Cultural de Tlatelolco, ARTICLE 19, el Centro Miguel Agustín Pro Juárez, Fundar, Centro de Análisis e Investigación, el Instituto Nacional de Acceso a la Información y el Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana, presentaremos la Plataforma Memoria y Verdad. Una pieza de un rompecabezas que requiere de muchas más para hablar y exigir.
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