Lo cierto es que la titular de la PGR aceptó la renuncia de Zerón sin referencia alguna a la investigación interna en curso y, en una virtual exoneración, reconoció su trabajo al frente de la agencia, que integra tres áreas sustantivas de la institución, como la Policía Federal Ministerial, la Coordinación General de Servicios Periciales y el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (Cenapi) . Áreas estratégicas para el destino de cualquier investigación.
El éxito que la procuradora le auguró en sus proyectos personales y profesionales se materializó tres horas después: el ex funcionario de la PGR Tomás Zerón de Lucio fue designado por el presidente Enrique Peña Nieto secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional. La Secretaría de Gobernación señaló que
el nombramiento es un reconocimiento a sus acciones y responde a la experiencia y capacidad que ha demostrado en sus encargos anteriores. Al día siguiente, en una conferencia de prensa en el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, bien dijeron los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa que el Presidente le dio un premio en lugar de investigarlo, y sus abogados anotaron preocupación por el mensaje de impunidad, pues si bien habían demandado la renuncia, ésta debía acompañarse del deslinde de responsabilidades y sanción, en su caso. Estos días la prensa de nuevo se enfiló contra el perito del GIEI José Torero, quien mostró resultados de investigación que reiteran la imposibilidad de la incineración de los 43 jóvenes, como sostuvo en su momento Murillo Karam.
Mucha bruma que no impide señalar un patrón de impunidad en éste y otros casos, pues la renuncia de Zerón de Lucio se suma a la de Enrique Galindo como comisionado general de la Policía Federal, la cual se registró en medio de señalamientos de una ejecución extrajudicial de 22 personas en Tanhuato, Michoacán, ocurrida en mayo de 2015, de acuerdo con un informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Ello sin esclarecer su responsabilidad en Nochixtlán, Oaxaca. Este patrón, por cierto, no es nuevo; recordemos que la matanza de Acteal, Chiapas, motivó la renuncia de Emilio Chuayffet como titular de Gobernación y la justicia no ha llegado. Mal augurio para el inicio del mecanismo de seguimiento especial de la CIDH a fin de atender las recomendaciones formuladas por el GIEI. Como este grupo anotó, hay intereses muy fuertes y muy arriba, decididos a impedir el esclarecimiento de estas brutales desapariciones. (La Jornada)