Bajo la lupa, La edición de hoy — septiembre 15, 2016 at 8:20 am

“Sí, la prevención de la tortura funciona”/ Ernesto López Portillo en Animal Político

¡Ahí está el detalle!

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Tal vez usted permanece en la ingenuidad pensando que la tortura en México es ocasional. Quizá lo cree porque no tiene información suficiente o simplemente porque prefiere quedarse con esa idea ya que no soporta aceptar lo contrario. Allá por los noventa un policía me dijo que si un uniformado no repite las rutinas de maltrato –que pueden o no llegar a la tortura- genera desconfianza entre los demás policías. Sí, cuesta trabajo creerlo pero así es: entre los miembros de las instituciones policiales es más confiable quien repite las rutinas más o menos extremas de abuso, que el que se niega a hacerlo. La ONU informó en el 2015 que la tortura es generalizada en México. Yo lo sé desde hace mucho. Las víctimas y el movimiento de los derechos humanos también lo han venido confirmando por décadas. Por su parte, es casi imposible encontrar a representante de autoridad alguna que acepte la reproducción masiva de la tortura. Afortunadamente hay nuevas herramientas de medición del problema y cada vez estaremos en mejor posibilidad de mostrar ante los ojos de todos la verdadera dimensión del terrible fenómeno.

La Asociación para la Prevención de la Tortura (APT) acaba de dar a conocer el informe denominado “Sí, la Prevención de la Tortura Funciona, conclusiones principales de un estudio mundial sobre 30 años de prevención de la tortura. La primera y más importante novedad del estudio está en el título mismo: por vez primera se puede afirmar con evidencia empírica de soporte que la tortura en efecto puede prevenirse.

En concreto, de todas las medidas realizadas para prevenir la tortura en esos 16 países durante tres décadas, la de mayor impacto es “abstenerse de la detención no oficial y aplicar las salvaguardias en las primeras horas y días de la detención. En particular, la notificación a la familia o a amigos y el acceso a la asistencia letrada tienen el mayor efecto en la reducción de la tortura, seguida de cerca por el acceso a un examen médico independiente”. (Animal Político)