Un grupo de personas contratadas por la CFE hace varios meses se fueron metiendo como la humedad en la comunidad de San Ignacio de Arareco, Municipio de Bocoyna, para convencerlos de las bondades del proyecto que dicha Comisión trae con la introducción de un gasoducto a través de gran parte de la Sierra Tarahumara, con los perjuicios plenamente conocidos y documentados. Ya la comunidad de Repechique lo había dicho tajantemente: “por aquí no pasa el gasoducto”, y ante esa negativa fue necesario buscar otras rutas alternas en esa región serrana. La empresa y el gobierno pusieron los ojos en San Ignacio a pesar de que la comunidad desde un principio dijo “no” y el Ejido se amparó.
La misión de ese equipo enviado por CFE era muy clara y el objetivo definitivo: convencer a quien sea necesario para que permitan el paso del gasoducto por su comunidad, lo quieran o no lo quieran y a como dé lugar.
La comunidad pidió acompañamiento y asesoría de un servidor y del P. Héctor Fernando Martínez, párroco de Creel, y se hizo un plan de trabajo con el objetivo de que ellos pudieran aclarar sus dudas y llegar a una decisión bien pensada. Había la oportunidad de llevar adelante un modelo de Consulta de acuerdo a los tiempos y la cultura de este pueblo tan invadido. Las presiones del grupo pagado por CFE no cesaron.
Es muy claro el derecho de los pueblos indígenas a la Consulta que no habla de “ejidos”, sino de “comunidades”, pero esto se ignoró y comenzaron a dialogar con las autoridades ejidales y a tomar decisiones con ellos, marginando a la comunidad. Y la última noticia es una carta firmada por las autoridades ejidales, el presidente del Comité de Turismo y el gobernador de la comunidad a quien, según él comenta, lo obligaron a firmar, notificando en ella que: “…en el ejercicio de nuestro derecho de autonomía hemos realizado nuestra propia consulta…”, y convocan a un funcionario del gobierno del Estado para escuchar “la información que TGNN dará a toda la comunidad”. Es obvio que quien redactó la mencionada carta no pudo ocultar el fingimiento, la mentira y los disfraces de esta “obra de teatro en muchos actos”. (El Diario de Chihuahua)