Es la lógica industrial la que pretende convertir todos los saberes en mercancía para hacer uso de ellos como partes de alguna producción en serie, violentando las escalas en que ocurren en aras de una masificación que busca la reproducción del capital. Para hacerlo, hay que arrebatárselos a la gente y la forma de hacerlo es legalizar el despojo.
Hoy, nuestra lucha entonces debe dirigirse, señala Vandana Shiva, contra “la sumisión y privatización que entrañan los tratados de libre comercio y sus sistemas de propiedad intelectual, pues tales sistemas se basan siempre en biopiratería, es decir en el despojo”.
Obedecer y entrar al sistema de patentes, o derechos de propiedad intelectual, sean directos o sui generis, incluso si invocamos open source o “patrimonios bioculturales”, nos hace vulnerables a un tramado de normas y disposiciones que en realidad someten nuestra libre determinación y autonomía, nuestra potestad de utilizar nuestras semillas, nuestros saberes, nuestros cultivares y variedades; legitima la privatización y nos somete al esquema de acaparamiento incrustado en los derechos de propiedad intelectual. (Desinformémonos)