La conciencia social de los ciudadanos está debilitada, de otra manera no podríamos explicarnos, cómo frente a nuestros ojos la justicia se nos exhibe una y otra vez de cabeza; Sí, la justicia está de cabeza. Criminales libres y con poder, y luchadores sociales en la cárcel o asesinados.
El caso de Ildefonso Zamora es emblemático en este paisaje social que comienza a incendiarse. Preso hace más de 7 meses, perdió a su hijo Aldo asesinado en el 2007 y enfrento junto a su familia y comunidad de San Juan Atzingo, a los depredadores de los bosques y sus aliados financieros y políticos, miembros de esa casta de delincuentes que comienzan a ostentar poder en los ámbitos locales, regionales y nacional.
Ildefonso Zamora no puede seguir encerrado, debería estar recorriendo el país enseñando su conocimiento y experiencia, compartiendo su vida en libertad con otras comunidades que defienden su lugar en la tierra, en el planeta tierra, en la parcela que se nombra todavía México.
No estaría de más que los artesanos de Metepec , al menos alguno de ellos , dedicaran uno de esos árboles de barro a Ildefonso Zamora y su comunidad de San Juan Atzingo para recuperar así, al menos en la memoria, la sacralidad de los bosques en medio de la barbarie, revestida , en ocasiones, de autoridad. (Sin Embargo)