La reflexión es tanto más necesaria cuando nos enteramos de que ocurren hechos como los de días pasados durante la inauguración del Centro de Protección Internacional para Adolescentes en el Camino.
Como se sabe, dicho albergue, en la colonia El Recreo, de la delegación Azcapotzalco, abrió sus puertas recientemente para proporcionar estancia y acompañar a niñas, niños y adolescentes migrantes con destino a Estados Unidos. Sin embargo, su apertura hizo otra vez visible el enorme desconocimiento y la poca sensibilidad de la sociedad en general que dan pie a que se produzcan actos de discriminación y de violencia, como el altercado ocurrido ese día, cuando grupos inconformes llegaron incluso a golpes para manifestar las supuestas consecuencias negativas que el lugar conllevaría para la colonia, según relatan testigos y notas periodísticas. Los argumentos que dichos grupos esgrimían se basan en imaginar ese lugar de acogida a los migrantes como un foco de violencia
, asumiendo además que las personas centroamericanas en tránsito por nuestro país traen mañas y peligro
a la Ciudad de México.
Es contradictorio que mientras desde nuestro país se condenan expresiones xenófobas en el vecino, simultáneamente quedan casi desapercibidas en nuestra sociedad acciones con las mismas motivaciones discriminatorias y de rechazo a la diferencia. (La Jornada)