Lamentablemente, en este país nuestro, a las violaciones de derechos humanos cometidas por autoridades, se suman en no pocas ocasiones, las cometidas por empresas. Indudable que la actividad empresarial puede generar beneficios a la población y no es deseable prescindir de ella.
Sin embargo, en múltiples regiones del país se cuentan historias de poblaciones desplazadas, recursos naturales devastados, complicidad entre gobierno y grupos de poder, represión frente a las protestas. Por supuesto, queremos pensar que ese patrón no es generalizado, que el Estado no está atrapado por el gobierno y que éste, a su vez, no responde a los intereses del poder empresarial. Entre tanto, importa tomar conciencia de que las empresas, como todo mundo, están obligadas a respetar los derechos humanos.
En un mes, el Grupo de Trabajo sobre la cuestión de los derechos humanos y las empresas de Naciones Unidas visitará México. Una de sus metas es promover la divulgación y aplicación de los “Principios Rectores sobre las empresas y los derechos humanos”, avalados por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas desde hace cinco años.
En ese marco, el objetivo de este espacio será alertar sobre algunos escenarios que enfrentamos en nuestro país en torno a violaciones a derechos humanos cometidas por empresas, poniendo énfasis en cuestionar algunas determinaciones judiciales que les han facilitado a las empresas gozar de múltiples beneficios, mientras que por otro lado, han complicado someterlas a la justicia para reparar violaciones a derechos humanos de las que son responsables.
Al final, se busca contribuir a que los Principios Rectores y la visita del Grupo de Trabajo sobre empresas y derechos humanos, así como su subsecuente informe sobre México, no sean simples pretextos para que gobierno y empresas legitimen una verdad oficial que no tiene relación con las historias reales de injusticias que padecemos. (Proceso)