Como sucedió en las últimas semanas a dos integrantes del GIEI (Ángela Buitrago y Claudia Paz y Paz) y al mismo grupo de expertos, Carlos Beristain es ahora víctima de una campaña de estigmatización. A él y al obispo Raúl Vera lo acusan de haber llevado al papa Francisco un informe sobre los 43, antes de su llegada a México. También, de ser un experto en fraudes
, responsable de uncuestionado
estudio sobre evaluación de impacto en la salud de habitantes de la franja amazónica en Ecuador, que sirvió de soporte en una demanda judicial contra la petrolera multinacional y ecocida Texaco.
Curiosamente, el informe Las palabras de la selva: estudio psicosocial del impacto de las explotaciones petroleras de Texaco en las comunidades amázonicas(www.rebelion.org/docs/122602.pdf), que Beristain efectuó junto a otros dos prestigiados científicos, y con el que se le quiere cuestionar en México, es una obra muy reconocida y citada. Según varios investigadores llena un hueco en un ámbito de estudio interdisciplinar muy poco explorado, al tender puentes entre el estudio de los conflictos socioecológicos desde la ecología política y el enfoque de los derechos humanos y los estudios de paz
.
Sus credenciales profesionales son intachables. Conoce a profundidad las experiencias sobre las comisiones de la verdad que se han formado en diversos países. Aún más, ha sido asesor de algunas de ellas. Promueve la iniciativa Glencree, una experiencia que puso en contacto a víctimas de ETA, los GAL, el BVE y de los abusos policiales. Participa en la intermediación del proceso de paz en Colombia, entre las FARC y el gobierno. Ha trabajado como perito para la evaluación sicosocial y médica de varios casos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Carlos Beristain es un personaje en la obra de Eduardo Galeano. Su voz es retomada en los trabajos del escritor uruguayo, su amigo y escucha hasta el final de sus días. Escritor él mismo, Beristain ha publicado más de 20 libros. El más reciente, Historia de andares, redactado con una prosa espléndida, recoge pequeños relatos, a un tiempo conmovedores y dramáticos, en los que cuenta sus vivencias en América Latina al lado de víctimas de las peores atrocidades.
Beristain está comprometido a fondo con el esclarecimiento de lo sucedido la noche de Iguala. “El caso de Ayotzinapa –dijo– es dos cosas. Es la necesidad de dar una respuesta desde el aporte del trabajo de derechos humanos a un caso dramático para el país. Y es, también, la posibilidad de tener un impacto más allá del propio caso, en la problemática que está viviendo México.” (La Jornada)