Bajo la lupa, La edición de hoy — febrero 26, 2016 at 8:20 am

Enrique Peña quiere Iguala sin Ayotzinapa/ Elisa Alanís en El Universal

¡Ahí está el detalle!

chrome_2016-02-26_10-29-51«Iguala es un municipio emblemático en nuestra historia, y no debe quedar marcado por trágicos acontecimientos», fueron las palabras centrales del discurso que dio en ese lugar Enrique Peña Nieto el Día de la Bandera. En la Presidencia de la República y en los medios de comunicación se resaltó el dato, pero muy pocos se acercaron a la crítica. No así en la prensa internacional, portales y redes sociales. Mi compañera periodista Olivia Zerón tuiteó: «Ser presidente, visitar Iguala casi 1 año y medio después y no encontrar algo mejor que decir…»

Estoy de acuerdo con ella. Yo agregaría: Visitar Iguala casi un año y medio después de la desaparición de los 43 normalistas, del gobierno criminal en la zona, del desastre de la «verdad histórica», de la confrontación con los especialistas extranjeros, del silencio de los militares que viven y conviven en la región, de la incapacidad de dar respuesta a lo sucedido y no tener otro posicionamiento más que seguir insistiendo en el «ya supérenlo»…

Ser Presidente y continuar luchando, no contra los cárteles, sino contra lo que perjudique (según sus asesores) la imagen de Enrique Peña…

Al Ejecutivo federal le ha faltado, por lo menos, generosidad con las víctimas. Presentarse con bombo y platillo en Iguala y menospreciar los hechos recientes, cuando se es parte, tiene tufo a soberbia. Mostrar músculo ante los caídos con el poder que la investidura le confiere es poco digno.

Ayotzinapa no es sólo los 43, o robo de camiones, colusión de policías y gobernantes, «revoltosos» y delincuentes, trasiego de heroína, Batallón 27, dolor, tortura, pérdida. Ayotzinapa simboliza México. Es la imagen de los padres que hoy en nuestro país buscan, lloran o entierran a sus hijos. (El Universal)

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