El Presidente ya envió al Senado las dos ternas de candidatos para ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). En una de ellas incluyó al hoy procurador de justicia del Estado de México. Es una mala decisión. Alejandro Gómez, en lugar de ser candidato al máximo tribunal del país, garante último de los derechos humanos, debería estar siendo procesado por todos los delitos relacionados con falsear una investigación judicial, la de Tlatlaya, un caso donde presumiblemente se violaron múltiples derechos humanos.
No me puedo imaginar a un personaje con estos antecedentes sentado en la SCJN. ¿Por qué lo propuso el Presidente? La única respuesta que se me ocurre es que, como en malas decisiones anteriores, Peña realiza nombramientos de gente impresentable para premiarla.
¿Qué le debe el Presidente a Alejandro Gómez como para candidatearlo a la SCJN? ¿Será como premio por haberle pedido que falseara la investigación judicial para proteger al Ejército? ¿O tan sólo lo incluyeron porque es del grupo político del Estado de México? No lo sé. Lo que sé es que el Senado debe rechazar a este personaje que no se merece estar en una terna de candidatos a la SCJN. Los senadores incluso deberían aprovechar la comparecencia de Gómez para que explique por qué la institución a su cargo falseó una investigación tan importante como la de Tlatlaya. (Excélsior)