A principios de noviembre se dictaron dos sentencias judiciales relacionadas a las luchas contra soya y maíz transgénicos, que significaron un revés para Monsanto y otras corporaciones que presionan para plantar esos cultivos en México. Por las implicaciones que tienen los transgénicos y el significado perverso de estas corporaciones para la vida campesina, el ambiente, la salud y sobre nuestra capacidad de decidir qué comemos y quién lo decide, fue un momento para festejar. Más aún en el contexto de México, donde la violencia, la impunidad y la corrupción campean en muchos terrenos y el judicial no es la excepción. No obstante, es importante entender los claroscuros de estas decisiones porque vienen junto a nuevas trampas y ataques.
En el caso de la soya, la primera sala de la Suprema Corte decidió finalmente a favor del amparo, pero solamente por la falta de consulta. Jorge Fernández Mendiburu, abogado de la coalición, expresó los nuevos riesgos: si duda es importante y positivo que Monsanto tenga que suspender la siembra, pero al haber restringido la Corte la sentencia a la consulta, se pretende dejar fuera de la discusión los aspectos de fondo. Las consultas, que serán organizadas por las autoridades, se prestan a manipulaciones y presiones para dividir las comunidades. Fernández recordó que en las luchas de la tribu Yaqui contra el viaducto Independencia y de las comunidades zapotecas en Juchitán contra los parques eólicos, las consultas fueron manipuladas o sus resultados ignorados. No es lo mismo “consulta”, que no implica que las autoridades tengan que tomar en cuenta la voluntad de la comunidad, que el derecho a dar o negar “consentimiento libre, previo e informado”. Aún así, el riesgo es que se tome como un trámite cumplido y no se respeten las demandas de los afectados, incluso criminalizándolos, como sucedió con los yaquis y zapotecos. Como rescata también Fernández, lo más importante es afirmar todo el tiempo los procesos colectivos y desde abajo, que son y van mucho más allá que eventuales procesos legales. (Desinformémonos)