Cuando se trata de visibilizar el dolor causado por violación a derechos humanos se corren varios riesgos, entre ellos, la posibilidad de que los casos sean tratados con morbo, que sean minimizadas las responsabilidades o que se prostituya el tema con suficiente difusión mediática pero sin ninguna consecuencia penal sobre los infractores. Hablar de trata sexual como mecanismo de tortura es todavía más complejo. Las escenas descritas por las víctimas parecen salir del guión para un filme perturbador en el que los verdugos no tienen matiz alguno que equilibre su comportamiento inhumano.
La perversa imaginación de militares, policías o cualquier autoridad implicada en la intimidación de mujeres a las que se acusa de cometer algún delito, no tiene límites. Basta leer el dosier que trabajaron en conjunto los Centros de Derechos Humanos por la Montaña y Agustín Pro Juárez, con Asociadas por lo Justo entre otras organizaciones de sociedad civil. En dicho documento se enlistan las diferentes formas de tortura sexual a la que recurren para presionar a mujeres “presuntamente culpables” con la intención de que asuman sin debido proceso su culpabilidad. Cito sólo algunas de estas barbaridades: tocamientos o manoseos en cualquier parte del cuerpo, obligación de desnudarse y permanecer así durante los interrogatorios o la detención, agresión verbal con contenido sexual, insultos denigrantes, atribuibles a la descalificación por género, alusivos al sexo; amenazas de violación a su persona o familiares, obligación de presenciar u oír la tortura sexual de otras detenidas o familiares, obligación de adoptar posiciones obscenas o humillantes, o de decir frases que exciten al agresor, e incluso ser fotografiadas o grabadas en posiciones obscenas o humillantes, o realizando actos sexuales, aplicación de corriente eléctrica, quemaduras de cigarrillo en genitales o zonas erógenas y llegan hasta la mutilación genital.
El miércoles se llevará a cabo un foro sobre este tema convocado por el Centro de Derechos Humanos Agustín Pro, en el Museo de Memoria y Tolerancia, al que vendría bien que asistieran dirigentes de las Fuerzas Armadas, para enterarse de cómo operan sus integrantes. (El Universal)