Estoy segura de que pronto obtendré mi libertad, pues hay muchas organizaciones y personas que me han brindado su apoyo y que están luchado incansablemente por la libertad de los y las presas políticas. Se trata de una lucha por la justicia y el respeto a las policías comunitarias, cuyo único ‘‘delito’’ ha sido hacer el trabajo que el Estado no ha sido capaz de hacer, al esforzarse por garantizar nuestra seguridad y la de nuestros pueblos.
Frente a todas estas injusticias, los invito a sumarse a nuestra causa justa y noble. Sólo la concientización de todos ustedes nos permitirá lograr un México diferente y conseguir el verdadero respeto a los derechos humanos de todos los mexicanos. Ante la impunidad y la violencia de Estado, he decidido iniciar un ayuno de 43 días en apoyo a los padres de nuestros jóvenes de Ayotzinapa desaparecidos y en demanda de la libertad de todos los presos políticos de nuestro país.
Ahora por nosotros y espero que mañana ya no sea por otros. Pongamos fin a tanta impunidad. (La Jornada)