Los campesinos de las comunidades de Tezuitlán, norte de Puebla, fueron aprendiendo paso a paso a descubrir los métodos que aplican las empresas mineras y funcionarios estatales para cuentearlos y apropiarse de sus terrenos desde que el Grupo Ferrominero, propiedad de José Larrea, y la Minera Autlán incursionaron hace cuatro años en la zona.
El relato corre a cuenta del presidente auxiliar de Atoluca, José Cruz Reyes, y del comisariado ejidal, Juan Casanova, a propósito de cómo se formó el movimiento para rechazar la construcción de la hidroeléctrica Atexaco. En 2014 ya llegaron los ingenieros de la hidroeléctrica queriendo comprar terrenos. “Ofrecían mucha lana. Decían que era para hacer carreteras. Pero esta vez nadie mordió el anzuelo. Nadie vendió”.
Entonces salieron con otro proyecto, “quesque un túnel. Nos dicen que es para llevarse el agua sucia. Nos están cuenteando. Ya sabemos que lo que quieren es llevarse toda nuestra agua. Fue entonces cuando surgió la organización. Ahora hacemos movilizaciones, marchas, asambleas, pintamos bardas. No estamos esperando a que Emiliano Zapata resucite para defendernos. Nos vamos a defender nosotros”. (La Jornada)