Fue un crimen de Estado. Los hechos de Iguala, donde seis personas fueron asesinadas, hubo 20 lesionados y resultaron detenido-desaparecidos de manera forzosa 43 jóvenes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, configuran crímenes de lesa humanidad. Hubo uso desproporcionado de la fuerza coercitiva del Estado.
Los hechos ocurrieron en presencia de la policía estatal y federal, de agentes del Cisen y de elementos del batallón de infantería número 27. En Guerrero, el control territorial lo tiene el Ejército. Un ejército que actúa bajo la lógica de la contrainsurgencia y vive obsesionado con la presencia de la guerrilla. Carlos Fazio/La Jornada