La noche de ayer –noche de luna nueva– en la casa Sergio Méndez Arceo, también llamada de la solidaridad, fue presentado el proyecto de acompañamiento psicosocial Aluna. Este espacio se plantea como una alternativa para las personas que viven violencia a raíz de los procesos de organización colectiva y como una vía para resistir al control desde el Estado –o con su aquiescencia– desde el libre ejercicio de la organización social. Esta y otras perspectivas se explicaron en el primer Momento de la presentación de este proyecto donde participaron David Bermúdez Jiménez, Director de Servicios y Asesorías para las Paz (SERAPAZ); José Rosario Marroquín, Director del Centro Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez(Centro Prodh); Marusia López Cruz, Coordinadora Regional de JASS Mesoamérica; Chris Schulz, asesora en derechos humanos; y Carlos Martín Beristáin, médico y doctor en psicología.
El proyecto impulsado por Serapaz y el Centro Prodh, y acompañado por diversas organizaciones civiles, es encabezado en su nacimiento por Clemencia Correa — especialista reconocida internacionalmente por su trabajo de acompañamiento psicosocial–. Pasada la mesa inicial se dio un segundo momento. Los asistentes vivimos esa hermosa contradicción de una intimidad pública. Personas por todos queridas como Dolores González, acompañantes de distintos caminos, nos asumimos parte de este esfuerzo. Clemencia es muy consciente de ello. Mujer y amiga vuelve a compartir su corazón con estas organizaciones porque estamos convencidos que desde la lucha social, desde la defensa de los derechos humanos es posible soñar un otro mundo que –parafraseando al comité Cerezo en boca de Francisco– no será posible ni estando locos, ni estando muertos.
Clemencia encara a este público especializado con cariño y respeto al mismo tiempo. Reconoce que por primera vez está nerviosa de hablar en público. Una referencia personal referida por Carlos Beristain la ha interpelado. No se esconde. Se resignifica como las personas que ha acompañado. Confiesa que este proyecto es un reto de construcción colectiva para combatir al miedo, en su dimensión de herramienta de control social. Para poder afrontar los mecanismos de terror generados por el Estado –enfatiza– es necesario fortalecer las dimensiones éticas y políticas de las organizaciones y colectivos agraviados.
El acto de presentación de Aluna es un ejemplo claro de sus referencias, cargadas de historias y sensaciones. Las tres etapas en que está dividida la actividad son un ejemplo claro de lo señalado por Clemencia. En la primera parte un grupo de especialistas en derechos humanos y trabajo psicosocial dejan ver la amplitud y complejidad de esta perspectiva de trabajo. En un segundo momento, Clemencia comparte los pasos que la encaminaron hasta este proceso. Finalmente hacen acto de presencia algunas personas que han participado en diversas experiencias psicosociales que han precedido a este Proyecto.
Entendemos el dolor de una hija revictimizada por un Estado a quien ella acusa de haber desaparecido a un padre cuyos restos no han correspondido a los múltiples cadáveres que le han pedido identificar como tal. Conocemos el crudo dolor de una mujer que vio descomponerse su realidad al grado del asesinato de un su compañero que buscaba luchar por una agricultura más sustentable. Escuchamos a una mujer que de una agresión sexual supo construirse aceptándose ser quien es, aprendiendo a pensar diferente, hasta de nuestra querida Clemencia.
Escuchamos historias de un valor tan grande y que honestamente preferiríamos que no existieran, como para dimensionar el tamaño de la herida abierta por el Estado en el Corazón mismo de la sociedad. Pero sobre todo escuchamos palabras de una confianza inusitada. Especialmente mujeres que se han visto violentadas por una lógica social abrupta y agresiva. Sus voces alcanzan distintas tonalidades en medio de una multitud que logra constituirse en un espacio acogedor en donde de la misma manera se comparten experiencias organizativas y de resistencia que lágrimas y trozos de vidas que el Estado no logró desarticular ni vaciar de sentido.
Noche de encuentro en la casa de la solidaridad. Convergencia entre activistas y organizaciones, pero también con la historia de una sociedad civil que sabe el tamaño de los retos a los que se enfrenta. Una sociedad que ha logrado reconocerse en los múltiples rostros que la han forjado en todos estos años. Entre esos rostros destacaron tres personas cuya ausencia les hizo rotundamente presentes a través de sus entrañables retratos: Oscar Arnulfo Romero, Sergio Méndez Arceo y Samuel Ruiz García
Para más información del proyecto escribir a: psicosocialaluna@gmail.com