En los últimos días de su gobierno, Felipe Calderón visitó su estado natal, Michoacán y allí prometió que buscará que Enrique Peña Nieto se comprometa a mantener el apoyo a esa entidad.
Calderón dijo que hubiera preferido que no le tocará gobernar en una crisis económica como de violencia pero resaltó que «a uno no le toca vivir el momento por alguna razón, que dios sabe por qué pone a determinadas personas frente a determinadas circunstancias«.
Los reporteros cuestionaron al gobernante sobre el Chapo Guzmán y el por qué no ha sido detenido, pero Calderón no respondió más que «han fallecido en enfrentamientos con la autoridad y con otros, 25 de los 37 líderes más buscados, algo que no se había hecho nunca en la historia del país».