Hoy se conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas en todo el mundo, en el caso específico de México las comunidades indígenas siguen siendo discriminadas estructuralmente por el Estado. Los servicios básicos como alimentación, educación, vivienda, trabajo son un faltante en las colectividades rurales y urbanas a las que pertenece una parte importante de la población nacional, pero en el caso especial de los pueblos indígenas, la herencia colonial de discriminación y racismo. Según datos de la Comisión de Desarrollo de los Pueblos Indios, en México hay 12 millones de personas indígenas y 60 lenguas diferentes.
Aunque el Estado mexicano ha firmado diversos tratados internacionales en los que se compromete a respetar la diversidad étnica y cultural del país, en los hechos concretos no consulta a las comunidades locales cuando plantea proyectos que tendrán impacto en la vida cotidiana y ancestral de los pueblos indios.
El caso más difundido hasta ahora es el proyecto de desarrollo minero en Wirikuta, San Luis Potosí, territorio sagrado para la nación wixárica. Los huicholes han solicitado a los gobiernos local y federal la cancelación de las concesiones mineras debido a que Wirikuta es “fundamental para su herencia cultural, las tradiciones y las formas de vida”; las peregrinaciones anuales y ceremonias tradicionales se encuentran en peligro por este tipo de “proyectos de desarrollo”.
En otro sentido, a partir de investigaciones realizadas y los casos documentados por el Centro Prodh, se han constatado patrones de violaciones a los derechos humanos y situaciones de desigualdad que reflejan la vulnerabilidad de las personas indígenas frente al sistema penal. En primer lugar, dicha vulnerabilidad es agravada por los bajos ingresos que suele percibir esta población. Los obstáculos económicos para contar con un abogado particular son insuperables para las víctimas, por lo que quedan en manos de defensoras públicos; otra de las formas más visibles de discriminación contra las personas indígenas es la falta de intérpretes y defensores que tengan conocimiento de su lengua y cultura.