En conferencia de prensa ofrecida este martes en el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, el sacerdote Alejandro Solalinde anunció que – después de dos meses fuera de México- regresa a su trabajo cotidiano de protección a migrantes en el Alberque Hermanos en el Camino con sede en Ixtepec, Oaxaca.
Como parte del protocolo de seguridad se anunció que Solalinde tiene asignada la protección de cuatro escoltas asignadas por el gobierno federal. Sin embargo, Amnistía Internacional y Pastoral de la Movilidad Humana aseguraron que la Secretaría de Gobernación no ha cumplido a cabalidad las medidas cautelares para proteger la integridad física y psicológica del religioso.
Solalinde resaltó que su regreso se da en el marco de la impunidad respecto a las amenazas denunciadas ante la Procuraduría General de la República y sostuvo que “el riesgo es real y la situación es delicada, sin embargo esta investigación toca autoridades federales”.
De su lado, Leticia Gutiérrez de la Pastoral para la Movilidad Humana dijo que las organizaciones de la sociedad civil responsabilizan directamente de la seguridad de Solalinde, los migrantes y voluntarios del albergue Hermanos en el Camino a las autoridades locales y federales que, recalcó, no han cumplido con la tarea de garantizar la seguridad del sacerdote.
En mayo pasado, se anunció que el padre se retiraba temporalmente de sus actividades de defensa de los migrantes y que también por tiempo indefinido, salía del país con el objetivo de garantizar su seguridad, esto por las amenazas que recibió por su trabajo con migrantes en el sur del país.