El día de ayer en Puerto Vallarta, Jalisco, el presidente Felipe Calderón buscó explicar, una vez más, su lógica en la lucha contra el crimen organizado:
«Para mí la premisa es el estado de derecho. Lo que está en juego es el Estado mismo, la legalidad. Y debemos preguntarnos: ¿quién manda? El presidente municipal de esta localidad o el capo que opera ahí. El gobernador de este estado, o el jefe del grupo o el jefe de la mafia que está en esa entidad, o en un país. ¿Quién manda en una nación? ¿El presidente y el Congreso, o las leyes de los capos? Y yo digo que el crimen organizado tiene una inercia sustitutiva del Estado».