Vivir con el alma partida. Nosotras, las otras madres, las demás mujeres.
Con las imágenes del Rancho Izaguirre en la Estanzuela, Teuchitlán, a una hora de Guadalajara, la capital de Jalisco, a tres kilómetros de Guachimontones. Tres hornos crematorios. Un campo de entrenamiento y de exterminio también. 400 pares de calzado (tenis, sandalias). Dientes, huesitos.
¿De verdad esperan que creamos que nada supieron hacer, que nada podían hacer, que nada se atrevieron a hacer quienes debían hacerlo?
Lección de arrojo, resiliencia, tenacidad, consistencia, solidaridad y sororidad nos dan a todos los Guerreros Buscadores de Jalisco, las Madres Buscadoras de Jalisco, y los distintos colectivos de búsqueda.
Vivimos con el alma partida. Llamadas a seguir celebrando la vida mientras se cruzan estas imágenes que nunca más vamos a olvidar.
Lee el artículo completo de Guadalupe Morfín en Mundo Nuestro.