El pasado 27 de diciembre Jovita Herrera Ramos, mujer indígena mixteca originaria de Allende Huajuapan, Oaxaca, recuperó su libertad tras permanecer 10 años en prisión en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) Número 16, en Morelos. Jovita fue acusada de un delito que no cometió y obtuvo una sentencia absolutoria gracias al trabajo del Instituto de la Defensoría Pública Federal y el acompañamiento del Centro Prodh.
Jovita fue detenida en 2014 de manera arbitraria, señalada sin pruebas por el delito de secuestro. Durante su detención, fue víctima de tortura por parte de elementos de seguridad del Estado de México, quienes irrumpieron en su casa y la agredieron junto con su nieto.
Hoy, al salir del penal, Jovita se reunió con su hija, Yaquelina, y su nieto, Alejandro, en un emotivo encuentro que marca el inicio de una nueva etapa en su vida.
Este caso refleja la grave situación de cientos de mujeres que permanecen en prisión de manera injusta en el país. Entre ellas, Keren Selsy Ordoñez, una joven detenida arbitrariamente y sobreviviente de tortura por parte de policías federales y ministeriales en Tlaxcala, quien enfrenta una sentencia de 50 años de prisión y sigue luchando por su libertad.
La liberación de Jovita es un recordatorio de la importancia del acceso a la justicia y de la defensa de los derechos humanos. Agradecemos el interés y la difusión de este caso para seguir visibilizando las historias de quienes continúan enfrentando procesos judiciales injustos.