Keren Selsy Ordoñez Hernández está por cumplir nueve años en prisión por un delito que no cometió. Durante su detención, los policías la sometieron a actos de tortura para que se declarara culpable de un secuestro en Tlaxcala y la amenazaron con lastimar e incluso desaparecer a su bebé de tan solo un mes.
En 2019, con los abogados de oficio que la representaban, recibió una sentenciada de 50 años de cárcel pese a que no hay una sola prueba en su contra, que su detención tuvo múltiples irregularidades, su caso nunca fue juzgado con perspectiva de género y tampoco se tomaron en cuenta los actos de tortura ni las violaciones a sus derechos humanos que enfrentó.
Su nueva defensa impugnó la sentencia y en 2021 se ordenó reponer su proceso, etapa que lleva tres años. A mediados de septiembre de este año se logró una audiencia de derecho en donde se solicitó tomar en consideración la evidencia para acreditar las violaciones en su caso, pero a un mes de ello, sigue sin dictarse una nueva sentencia a Keren, quien tiene la esperanza de reencontrarse con su hija, su familia, rehacer su vida y estudiar psicología.
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