La mañana del 20 de octubre de 2024 fue asesinado el padre Marcelo Pérez Pérez, sacerdote Tsotsil de 51 años, originario de San Andrés Larrainzar, conocido por su profundo compromiso con la justicia, la paz y los derechos humanos. El asesinato del Padre Marcelo ocurrió en San Cristóbal de las Casas, capital del estado, a plena luz del día, cuando salía de celebrar una misa en la iglesia del Barrio de Cuxtitali. Este homicidio es hoy signo y evidencia de la profunda descomposición en que se encuentra el estado de Chiapas, similar a la que — tristemente— viven también otras regiones del país.
El padre Marcelo fungía como párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe. Ahí tuvo que desplazarse, por cuestiones de seguridad, después de haber estado en Pantelhó durante más de cinco años. Antes fue Vicario de la Pastoral Social en la Diócesis de San Cristóbal de las Casas durante dos periodos, a lo largo de casi seis años.
El compromiso de este sacerdote ejemplar era conocido y reconocido por muchas y muchos. De la mano del Pueblo Creyente de Simojovel, que es parte del Movimiento por la Defensa de la Vida y el Territorio (MODEVITE), el padre Marcelo encabezó iniciativas pacíficas —como peregrinaciones multitudinarias, encuentros de reconciliación y mesas de diálogo— para rechazar el alcoholismo, la violencia, las violaciones a derechos humanos cometidas por las autoridades, el narcotráfico, la trata de personas, la corrupción y el contubernio entre grupos políticos y el crimen.
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