Más de 10 mil personas participaron ayer en una peregrinación convocada por la diócesis de San Cristóbal.
Durante la caminata exigieron que se haga justicia por el asesinato del sacerdote tsotsil y defensor de los derechos de los pueblos originarios Marcelo Pérez Pérez, perpetrado el pasado 20 de octubre, que los grupos criminales que operan en la entidad sean desarmados y desarticulados, y que se frene “la violencia desbordada”, que incluye amenazas contra activistas y clérigos.
En un comunicado difundido por la agrupación El Pueblo Creyente, dependiente de la diócesis de San Cristóbal, se indicó que hay comunidades secuestradas por grupos criminales que les obligan a ponerse como barrera humana; extorsiones mal llamadas cobro de piso, así como intimidaciones y amenazas a defensoras y defensores de derechos humanos, del territorio y a sacerdotes, misioneras y misioneros de nuestra diócesis
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